La Mesa Enfermera pide a la ministra de Sanidad que informe si apoya la nueva FP sociosanitaria

Ante el “silencio” del Ministerio de Sanidad sobre la nueva cualificación profesional impulsada por el Ministerio de Educación

La Mesa Enfermera pide a la ministra de Sanidad que informe si apoya la nueva FP sociosanitaria

 

  • La Mesa de la Profesión Enfermera, integrada por el Consejo General de Enfermería y el Sindicato de Enfermería, SATSE, pide a Carolina Darias que confirme si su departamento ha emitido un informe favorable a la nueva cualificación profesional de Formación Profesional sobre “Supervisión de la atención sociosanitaria para la promoción de la autonomía personal”. 
  • SATSE y el Consejo General de Enfermería reiteran su absoluto rechazo a la pretensión del Ministerio de Educación de implantar un nuevo perfil profesional que, además de ser innecesario y conllevar un claro conflicto dentro del sector sociosanitario, puede suponer riesgos en la seguridad asistencial de los cerca de 400.000 mayores que viven en las residencias. 
  • La Mesa Enfermera subraya que la nueva cualificación profesional perjudica gravemente los espacios profesionales de las enfermeras, fisioterapeutas y otros profesionales que prestan sus servicios en las residencias, y conlleva un peligroso riesgo para la atención y cuidados a las personas mayores, el colectivo social más vulnerable. 

La Mesa de la Profesión Enfermera, integrada por el Consejo General de Enfermería (CGE) y el Sindicato de Enfermería, SATSE, ha pedido a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que confirme si su departamento ha emitido un informe favorable a la nueva cualificación profesional de Formación Profesional sobre “Supervisión de la atención sociosanitaria para la promoción de la autonomía personal” y, si ese es el caso, cuáles son sus argumentos para apoyar una iniciativa que ha sido fuertemente rechazada por la profesión enfermera por las perjuicios que ocasionará en la atención y cuidados a las personas mayores.

En una carta dirigida a la titular de Sanidad, la Mesa de la Profesión Enfermera le traslada que ha tenido conocimiento en fechas recientes, a raíz de unas declaraciones públicas de la secretaria general de Formación Profesional del Ministerio de Educación, Clara Sanz, que el Ministerio de Sanidad elaboró un informe favorable a la nueva cualificación profesional, algo que no ha podido ser confirmado al no haberse pronunciado públicamente el Ministerio de Sanidad al respecto.

Por ello, la Mesa Enfermera solicita a Carolina Darias que le facilite el mencionado informe de cara a conocer con mayor exactitud los argumentos esgrimimos desde el Ministerio de Sanidad para mostrar su apoyo a una nueva cualificación profesional que “ha provocado un generalizado rechazo por parte de organizaciones profesionales y sindicales, sociedad científicas, estudiantes y otros organismos, no solo de la profesión enfermera sino de otras que también desarrollan su labor y competencias en las residencias de mayores”, apunta.

La Mesa de la Profesión Enfermera insiste en su absoluto rechazo a la pretensión del Ministerio de Educación de implantar un nuevo perfil profesional que, además de ser innecesario y conllevar un claro conflicto dentro del sector sociosanitario, puede suponer claros riesgos en la seguridad asistencial de los cerca de 400.000 mayores que viven en residencias y que son el colectivo social más vulnerable.

“Después de dos años extraordinariamente difíciles para todos y todas, y especialmente para las personas que han hecho de las residencias de mayores su hogar, nos parece muy poco apropiado y oportuno que se pretenda dar solución a los problemas que han sufrido y sufren estos centros sociosanitarios con la creación de esta nueva cualificación en lugar de apostar por el incremento y mejora de recursos y profesionales que, como es el caso de las enfermeras y enfermeros, están perfectamente cualificados y capacitados para realizar las labores de asistencia, coordinación y supervisión de los cuidados necesarios”, asevera.

Asimismo,  la Mesa de la Profesión Enfermera critica que desde el Ministerio de Educación se quiera impulsar la creación de una figura no sanitaria de Formación Profesional para vigilar y tutelar a unos profesionales sanitarios que, tras cursar cuatro años de estudios universitarios de Grado o seis en el caso de tener la especialidad de Enfermería Geriátrica, están perfectamente cualificados para acometer sus funciones en las residencias de mayores sin necesidad alguna de que su labor profesional haya de ser coordinada, supervisada o tutelada por un profesional de inferior cualificación.

“Se trata de una iniciativa del Ministerio de Educación que insistimos perjudica gravemente los espacios profesionales de las enfermeras, enfermeros, fisioterapeutas y otros profesionales que prestan sus servicios en las residencias, y que conlleva un peligroso riesgo para la atención y cuidados a las personas mayores. De ahí, nuestro lógico interés por conocer el posicionamiento oficial del Ministerio de Sanidad, a través del mencionado informe que le hemos solicitado”, concluye.

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El papel de la enfermera es clave para recuperar las cifras de vacunación prepandemia después de una drástica caída de las coberturas vacunales en España en estos dos años

El papel de la enfermera es clave para recuperar las cifras de vacunación prepandemia después de una drástica caída de las coberturas vacunales en España en estos dos años

 Expertos en la materia han debatido sobre las oportunidades de vacunación en la nueva normalidad en el webinar organizado por el Consejo General de Enfermería y su Instituto Superior de Formación Sanitaria, ISFOS, con la colaboración de Pfizer.
 El estado de alarma redujo las visitas a los centros de salud y, posteriormente, el miedo a exponerse al virus hizo que se pospusieran muchas vacunas del calendario, que ahora hay que recuperar.
 Durante el encuentro se ha puesto de manifiesto la falta de coordinación entre comunidades en la vacunación masiva que ha sido uno de los errores que deberían subsanarse en futuras campañas de esta índole.

La pandemia por COVID-19 ha supuesto un durísimo golpe en las coberturas vacunales de todo el país, reduciendo drásticamente las cifras que existían antes de 2020. Una situación muy preocupante que podría suponer un riesgo para la salud pública por el resurgimiento de enfermedades que hasta ahora eran residuales. Así se ha resaltado durante el webinar “Oportunidades de vacunación en la época COVID-19”, organizado por el Consejo General de Enfermería y su Instituto Superior de Formación Sanitaria, ISFOS, con la colaboración de Pfizer.
Más de 1.500 inscritos han podido conocer de primera mano cómo han sido estos dos años de pandemia en lo que a vacunación se refiere. “Estamos mejor, pero está costando mucho recuperar las cifras de antes de la pandemia por dos motivos. En primer lugar, tenemos un problema de accesibilidad y, por otra parte, hemos visto que la Atención Primaria ha estado más dirigida a paliar el COVID-19 y sus consecuencias que a centrarnos en la prevención, que al final es en lo que se basa la Atención Primaria”, ha afirmado Cynthia Crespo, pediatra del Institut Català de la Salut y miembro del Grupo de Vacunas de la Sociedad Catalana de Pediatría (SCP).

Pilar Fernández, vicepresidenta del CGE y directora de ISFOS, ha sido la encargada de inaugurar el encuentro y ha querido poner en valor el “magnífico trabajo que se ha realizado durante estos dos años”. “Las enfermeras han continuado vacunando de la gripe y del resto de vacunas del calendario. También hemos seguido atendiendo las necesidades básicas del sistema nacional de salud, cuidando y apoyando a los pacientes en todos los niveles asistenciales y de edad. Y lo hemos hecho en unas condiciones cada vez más estresantes que han puesto a los profesionales en una situación límite. De hecho, en una macroencuesta realizada por el Consejo General, hemos observado que casi la mitad de las enfermeras han pensado en abandonar durante esta pandemia”, ha
subrayado la vicepresidenta de las enfermeras.

Otras campañas

En este sentido, se ha puesto de manifiesto la importancia que tienen las enfermeras para que la vacunación, tanto de COVID-19 como del resto de campañas, sea un éxito. Son los profesionales que gestionan y administran las dosis, además de educar y concienciar a la población sobre la seguridad y fiabilidad de los sueros. “Las enfermeras tenemos que estar comprometidas porque si no lo estamos, difícilmente vamos a llevar a buen puerto el objetivo común de protegernos de las enfermedades infectocontagiosas”, ha resaltado Marina Moreno, responsable de enfermería del centro de salud Torres de la Alameda (Madrid).
Así, Moreno ha puntualizado que las enfermeras “somos más competentes cada día, pero de nada sirve si luego no somos capaces de trasladar y comunicar de una forma adecuada todos esos conocimientos”. “La pandemia ha repercutido negativamente en las coberturas vacunales de las personas adultas y con patologías crónicas y, si queremos mejorar esta situación, debemos crear sensibilidad y que la sociedad sea proactiva a la vacunación como forma de protegernos y de conseguir una sociedad más saludable”, ha destacado.

Niños y niñas

Y en parte es esa proactividad la que hay que recuperar después el parón de la pandemia, sobre todo entre los niños y niñas. Tal y como ha asegurado Cynthia Crespo, “el estado de alarma redujo enormemente las visitas y, posteriormente, por miedo y por intentar evitar exponer a sus hijos la gente decidió posponer las visitas. Fueron muchas vacunas pospuestas y ahora está costando volver a coger confianza”. Aun así, ha reconocido que la tendencia va al alza y que la gente está respondiendo favorablemente.
De hecho, Sonia López, directora asistencial enfermera de la Dirección Asistencial Área Centro de la Comunidad de Madrid, ha corroborado que “los programas de vacunación en el adulto han existido siempre y las coberturas siempre han sido muy bajas, pero si algo ha ayudado la pandemia, es que nos ha dado muchas enseñanzas sobre vacunación en el adulto”. “Desde las gerencias, hemos querido aprovechar esta coyuntura para impulsar los programas de vacunación de los adultos. La vacunación contra el COVID19 ha hecho que tuviesen una actitud proactiva hacia las vacunas y aprovechamos el momento en el que la población estaba muy sensibilizada para impulsar las campañas de vacunación con información transparente, formación y difusión de materiales de apoyo”, asevera López.
Eso sí, durante estos dos años ha aflorado y se ha dado voz al movimiento antivacunas, que, aunque minoritario, supone un riesgo para la salud pública. “Hay que distinguir entre los antivacunas y la desinformación en cuanto a vacunas. En esta pandemia, mi equipo y yo hemos comprobado que la población ha estado muy receptiva a las vacunas, así que es posible que la reticencia a vacunarse sea más un problema de desinformación.
Aquí es donde jugamos un papel fundamental, informándonos de las estrategias nacionales y las que se implementan en cada una de nuestras comunidades. Muchas veces no es cuestión de resistencia a la vacunación, sino de que no conocen. Ahí es donde tenemos que estar, en el asesoramiento”, afirma Marina Moreno.

Vacunódromos

Y es en esa receptividad a las vacunas donde las enfermeras han tenido un papel fundamental desde el primer momento. La creación de vacunódromos para administrar las dosis de forma masiva fueron uno de los grandes retos a los que se enfrentó la profesión a lo largo y ancho del país y, en vista de los resultados, ha sido todo un éxito.
“Teníamos que conseguir el objetivo de vacunación del 70% en verano de 2021. Fuimos un equipo multidisciplinar, en el que cada uno aportaba la parte que le correspondía para que todo el engranaje funcionase”, ha explicado Jaime Lobato, coordinador logístico de puntos de vacunación masiva en Sevilla. Se encargó de coordinar la creación del punto de vacunación en el estadio de La Cartuja. “El objetivo principal era vacunar a 7.000 personas al día y llegamos a 10.000. Tuvimos que superar numerosos retos porque surgía un problema y lo arreglábamos”, ha aseverado.
Para él, el principal fallo que han observado ha sido la falta de experiencia previa, además de la descoordinación entre comunidades. “Una desventaja fue que funcionábamos cada comunidad por separado y no compartíamos nuestra experiencia.
Quizás, de alguna manera, si hubiésemos estado coordinados entre todos los puntos de vacunación masiva, se habría podido intercambiar información. La unión hace la fuerza
en este caso”, ha asegurado.

La coordinación y la falta de personal han sido los puntos a mejorar de esta gran campaña. “Para el futuro, habría que agilizar la posibilidad de obtener ciertos recursos como los humanos. La contratación pública es compleja y tuvimos que contar con personal de los centros de salud, dejando un poco coja la Atención Primaria”, ha compartido.
*Pie de foto (de izquierda a derecha):
Arriba – Íñigo Lapetra, director de Comunicación del Consejo General de Enfermería;
Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería, y Sonia López, directora asistencial enfermera de la Dirección Asistencial Área Centro de la Comunidad de Madrid.
Abajo: Cynthia Crespo, pediatra del Institut Català de la Salut y miembro del Grupo de Vacunas de la Sociedad Catalana de Pediatría; Jaime Lobato, coordinador logístico de puntos de vacunación masiva en Sevilla, y Marina Moreno, responsable de enfermería del centro de salud Torres de la Alameda (Madrid) y miembro de Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac).

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El Consejo General de Enfermería denuncia las situaciones machistas que todavía hoy viven las enfermeras por ser mujeres

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8M: Día Internacional de la Mujer

 

El Consejo General de Enfermería denuncia las situaciones machistas que todavía hoy viven las enfermeras por ser mujeres

 

  • Un colectivo mayoritariamente femenino como la enfermería se rebela contra el machismo que miles de enfermeras experimentan a diario en su puesto de trabajo, escuchando frases machistas por el mero hecho de ser mujeres. 
  • Bajo el hashtag #Enfermeras8M, el CGE lanzará mañana martes, en redes sociales, mensajes de reivindicación que se centran en acabar con el virus que supone el machismo en nuestra sociedad. 
  • “Por desgracia, algunas personas siguen teniendo un concepto trasnochado de las enfermeras como una profesión supeditada a otra antiguamente copada por varones o tienen que aguantar que se dirijan a ellas de forma inadecuada”, explica Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería. 

 

El Día Internacional de la Mujer coincide con el patrón de la profesión, San Juan de Dios. Por ello, un colectivo mayoritariamente femenino como la enfermería se rebela contra el machismo que miles de enfermeras experimentan a diario en su puesto de trabajo, escuchando frases machistas por el mero hecho de ser mujeres. En una nueva campaña de visibilidad, amparada bajo el hashtag #Enfermeras8M, el Consejo General de Enfermería lanzará mañana martes, en redes sociales, mensajes de reivindicación -tanto en formato imagen como en vídeo– que se centran en acabar con el virus que supone el machismo en nuestra sociedad.

Para dejar patente ese machismo se ha puesto el acento en tres situaciones que suelen vivir estas profesionales, primero en boca de un hombre y después en boca de una mujer, preguntándose a quién le ha pasado en la realidad. Así, denuncian que en muchas ocasiones pacientes, e incluso otros profesionales, no se toman en serio lo que hacen o cuestionan las decisiones que toman en su ámbito laboral, sin olvidar los casos de acoso sexual que todavía sufren.

Como colectivo mayoritariamente femenino, ya que un 85% de sus profesionales son mujeres, la enfermería también quiere recordar que -del mismo modo que la profesión ha luchado por ser reconocida dentro del sistema sanitario-, las mujeres no deben de cesar en su lucha por conseguir unos derechos laborales igualitarios con los hombres. “Hemos avanzado mucho, pero aún queda mucho camino por recorrer. El punto en el que se encontraba la profesión hace pocas décadas no tiene nada que ver con su reconocimiento actual en el sistema sanitario y la sociedad, es el ejemplo de que las mujeres pueden luchar por sus derechos. No obstante, por desgracia, algunas personas siguen teniendo un concepto trasnochado de las enfermeras como una profesión supeditada a otra antiguamente copada por varones o tienen que aguantar que se dirijan a ellas de forma inadecuada”, explica Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería.

Machismo

Para el CGE, el machismo es un virus contra el que hay que luchar. Para ello, se requiere educar a la sociedad en general y a los pacientes en particular, desde pequeños, porque todavía hoy las enfermeras se enfrentan a comentarios machistas o referencias a su persona como “nena”, “niña”, “guapa” o “señorita”. “Hay que cambiar mentalidades, hay que empezar desde la infancia, en la adolescencia, en la escuela, en la universidad, en todos los contextos tenemos que hablar de la igualdad de género en  la sociedad en general y recordarles que el trabajo de la enfermería consiste en cuidar y curar al paciente, no en escuchar «impertinencias» de pacientes maleducados”, subraya Fernández.

“Nuestra profesión requiere una alta cualificación, una formación académica de cuatro años y dos de especialidad contando en estos momentos con un gran número de profesionales enfermeros con grados de máster y doctorado; una carrera universitaria que requiere una exigente nota de corte para acceder a ella; y unos profesionales que gozan de un gran prestigio en el ámbito internacional”, añade Pilar Fernández. Pese a ello, la presencia de enfermeras en la toma de las grandes decisiones sanitarias sigue siendo meramente testimonial, fruto del techo de cristal que todavía supone ser mujer en muchos ámbitos, algo que es preciso cambiar.

A ello se suma el perpetuo estereotipo sexual vinculado a la profesión que, aunque cada vez en menor medida, se sigue viendo en fiestas, tiendas de disfraces, en publicidad, en series, películas o en los medios de comunicación.

Cambio de imagen

Durante todo el 8 de marzo, el Consejo General de Enfermería cambiará su logo de azul a morado para mostrar su compromiso con las mujeres y su lucha por la igualdad. Además, a lo largo de todo el día se difundirán creatividades en redes sociales y se animará a los usuarios a unirse a la iniciativa, para entre todos acabar con el machismo en la profesión a través del hashtag #enfermeras8M.

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Las enfermeras de Ucrania, al límite: “Estamos formando a civiles en primeros auxilios para que nos ayuden”

 Las enfermeras de Ucrania, al límite: “Estamos formando a civiles en primeros auxilios para que nos ayuden”

 

 

  • El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), al que pertenece el Consejo General de Enfermería de España, ha celebrado una cumbre para analizar y debatir la situación de los profesionales durante la crisis que atraviesa Ucrania, con el objetivo de pedir acciones ante semejante catástrofe.
  • Las organizaciones internacionales de enfermería, que representan a los 28 millones de profesionales que hay en el mundo han condenado los ataques y piden que se respeten los centros hospitalarios y a los civiles durante el conflicto.
  • “Las enfermeras y enfermeros están exhaustos tras 24 meses de atención a pacientes COVID-19 y ahora, en este caso, les sobrevuela un conflicto armado injusto y muy cruento. Desde España, mandamos todo nuestro apoyo a nuestras compañeras y nos ponemos a su disposición para atender a todos esos refugiados que, según los acuerdos entre Gobiernos, lleguen hasta aquí”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.

 

La ofensiva rusa contra Ucrania ha puesto en jaque la sanidad del país porque, después de dos años de lucha contra la pandemia, han visto como una guerra les ha sobrevenido en cuestión de días. Heridos, muertes y destrucción ponen de manifiesto la injusta realidad que vive la población ucraniana y, entre ellos, los sanitarios. Ante la situación de conflicto que está viviendo el mundo entero con la invasión rusa de Ucrania, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), al que pertenece el Consejo General de Enfermería de España, ha celebrado una cumbre para analizar y debatir la situación de los profesionales durante la crisis que atraviesa Ucrania, con el objetivo de diseñar y promover acciones ante semejante catástrofe.

Durante la cumbre, a la que asistió e intervino activamente José Luis Cobos, vicepresidente III del CGE y miembro de la Junta Directiva del CIE, se puso de manifiesto que las enfermeras deben adaptarse a una atención de guerra, en la que hay que priorizar a unos pacientes frente a otros para que sobrevivan. “Nuestra gente está buscando refugio en las estaciones del metro, y las bombas están cayendo no sólo en lugares residenciales, sino también en hospitales. Hay mujeres que han dado a luz en los refugios”, asegura Tetyana Chernyshenko, presidenta de la Asociación de Enfermería de Ucrania, que se encuentra en Kiev, ayudando y cuidando de los heridos que está dejando la ofensiva rusa contra el país.

Tetyana Chernyshenko, además, quiso agradecer a todos esos países que están abriendo sus fronteras para acoger a los refugiados ucranianos en un momento como el actual. Incluso ellas mismas, las enfermeras a pie de guerra, “están enviando a sus hijos y nietos a países vecinos”, contaba Halyna, otra enfermera ucraniana.

Por su parte, Aneliya, enfermera en Kiev, uno de los lugares clave del conflicto, contó que está viviendo en el hospital y que “estamos preparándonos para un gran número de heridos”. “Nos preocupa especialmente la creciente falta de suministros médicos básicos, incluidos los torniquetes. Estamos formando en primeros auxilios a los civiles para que nos ayuden, pero necesitamos desesperadamente más suministros”, apunta.

Cadenas de suministro

Desde la ciudad ucraniana de Ternopil, habla Svitlana: “Tenemos centros de distribución con estudiantes y otros voluntarios y estamos recibiendo cadenas de suministro de Polonia y otros países. Estamos distribuyendo todo lo que recibimos a las ciudades que lo necesitan”.

Durante el encuentro, las enfermeras ucranianas han solicitado apoyo psicosocial y suministros médicos, incluido material para el cuidado de heridas como torniquetes, medicamentos y antibióticos, así como uniformes desechables.

Situación difícil

“Sé que mis compañeras en Ucrania necesitan mucho apoyo. La situación es increíblemente difícil, peligrosa y traumática para las enfermeras ucranianas, pero están comprometidas con la atención”, recalca Nataliya Lishchenko, exdirectora de una escuela de Enfermería en el país.

Por su parte, también representantes de las asociaciones de los países limítrofes han comentado cómo está siendo la llegada y situación de los refugiados y cómo se están llevando suministros a Ucrania. “Estamos viviendo una gran ola de solidaridad y apoyo de las personas”, recalcan los enfermeros de Eslovaquia, Polonia, Rumania y Moldavia. Para ellos, es fundamental poder atender a estas personas, principalmente mujeres y niños, que llegan después de días en la carretera. “Llegan cansadas, con frío, hambrientas y en estado de shock. Muchas enfermeras están acogiendo a los refugiados en sus propios hogares, pero es importante que sepan que existe un gran peligro si se trata de llevar suministros a Ucrania de forma individual. Recomendamos que se utilicen los canales oficiales para ayudar”, apuntan.

Condena

Tras el encuentro, el CIE, la Federación Europea de Asociaciones de Enfermeras (EFN) y el Foro Europeo de Asociaciones Nacionales de Enfermería y Partería (EFNNMA) emitieron una declaración conjunta condenando enérgicamente la invasión rusa de Ucrania, los ataques a los servicios de salud y a la atención de la salud, así como a los edificios de civiles. “Los 28 millones de enfermeras que hay en el mundo nos solidarizamos con nuestras compañeras en Ucrania y hablamos con una sola voz para exigir el fin de la agresión, que ya ha causado un número indeterminado de muertes y cientos de miles de personas desplazadas”, asegura la presidenta del CIE, Pamela Cipriano.

España

Desde España, Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, quiere aprovechar este momento para mandar un mensaje de ánimo a todas las compañeras que están trabajando en primera línea del conflicto, así como en las fronteras.

“Nuestras compañeras ucranianas, así como aquellas que se han desplazado hasta las zonas limítrofes del país están haciendo un enorme trabajo para cuidar, ayudar y apoyar a los heridos. Esta situación se suma a los dos años de pandemia que llevamos. Las enfermeras y enfermeros están exhaustos tras 24 meses de atención a pacientes COVID-19 y ahora, en este caso, les sobrevuela un conflicto armado injusto y muy cruento. Desde España, mandamos todo nuestro apoyo a nuestras compañeras y nos ponemos a su disposición para atender a todos esos refugiados que, según los acuerdos entre Gobiernos, lleguen hasta aquí”, afirma Pérez Raya. “También me gustaría mandar un mensaje de solidaridad a las compañeras enfermeras de Rusia, que se han visto inmersas en esta guerra. Una guerra que también les afecta sobremanera porque, por encima de las cuestiones políticas, todas las enfermeras/os defendemos el derecho a la vida y estamos al lado de quienes necesitan de nuestros cuidados”, concluye.

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El Consejo General de Enfermería y Médicos Sin Fronteras analizan el actual papel de las enfermeras en cooperación internacional

El Consejo General de Enfermería y Médicos Sin Fronteras analizan el actual papel de las enfermeras en cooperación internacional

 

  • La nueva presidenta de Médicos Sin Fronteras en España, la enfermera Paula Gil Leyva, visita la sede del CGE para compartir las últimas iniciativas de la ONG y los objetivos que se ha marcado durante su etapa al frente de una organización que, por primera vez, tiene una enfermera al frente y en la que las enfermeras constituyen gran parte de su plantilla. 
  • Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería, celebra que una compañera dirija la delegación en España de una ONG que lleva más de medio siglo realizando una impagable labor asistiendo a personas amenazadas por la exclusión de la atención médica y “que pueda aportar esa visión global que caracteriza a las enfermeras en materia de gestión”.

 La vicepresidenta del Consejo General de Enfermería, Pilar Fernández y la recién elegida presidenta de Médicos Sin Fronteras España, la enfermera Paula Gil Leyva, han mantenido una reunión para analizar el papel de las enfermeras en el escenario internacional y conocer las últimas iniciativas de ambas entidades en materia de cooperación internacional, acción humanitaria y formación.

Por primera vez en la historia de Médicos Sin Fronteras en nuestro país, una enfermera ha sido elegida para el cargo, algo que “enorgullece a toda la Organización Colegial de Enfermería. Estamos seguros de que, gracias a la experiencia que acumula Paula Gil sobre el terreno y en materia de gestión de recursos humanos y materiales, la labor de esta importante ONG se va a ver beneficiada por esa visión plural e interdisciplinar que aportan las enfermeras”.

Por su parte, Paula Gil ha explicado a la vicepresidenta del CGE que, dentro del personal sanitario de la ONG, las enfermeras y auxiliares de enfermería son los profesionales sanitarios más numerosos y que hay destacadas enfermeras y enfermeros coordinando a todos los equipos de Médicos Sin Fronteras en distintos países de todo el mundo. Asimismo, ha trasladado los problemas crecientes de acceso a las poblaciones y a los pacientes, las cada vez mayores dificultades para poder prestar ayuda humanitaria.

Otro de los temas que han abordado es cómo el COVID-19 ha golpeado con dureza al personal sanitario, sobre todo en países de renta media y baja, en los que ha habido entre 80.000 y 180.000 sanitarios fallecidos -según las estimaciones- a causa de la pandemia lo que, a su vez, repercute en la salud de las poblaciones más vulnerables debido al cierre de estructuras de salud, a la paralización de programas de lucha contra la malaria, el VIH o la tuberculosis, o a la suspensión de campañas de vacunación para combatir enfermedades como el sarampión, que afectan mayoritariamente a la población infantil. La mayor parte de los fallecidos son profesionales sanitarios de países que, por cierto, no han tenido acceso a la propia vacuna contra el COVID-19 a pesar de ser los que están conteniendo la pandemia.

Al término del encuentro, Gil ha declarado que “hay muchos espacios de colaboración entre Médicos Sin Fronteras y el Consejo General de Enfermería, esta es la casa de todas las enfermeras que trabajan con nosotros” y ha valorado “el importante trabajo que hace el Consejo para dar visibilidad al sector de la enfermería”.

Uno de estos puntos de colaboración se basa en la difusión que va a hacer el Consejo General de Enfermería de la labor de los profesionales sanitarios en el área de la cooperación internacional, un apartado no tan conocido para la mayor parte de las enfermeras españolas.

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España suspende en enfermería escolar: Una enfermera por cada 8.500 alumnos

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España suspende en enfermería escolar:

Una enfermera por cada 8.500 alumnos

 

  • “La diferencia entre que un colegio cuente o no con una enfermera escolar puede llegar a ser la vida o la muerte. Resulta paradójico que en España sea obligatorio contar con una enfermera del trabajo en empresas con un número mayor de 500 trabajadores, mientras que, en centros escolares con varios cientos, e incluso miles de alumnos no es obligatorio contar con enfermera escolar”, resalta Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería. 
  • Los datos muestran que la figura de la enfermera escolar es anecdótica y claramente insuficiente en muchas comunidades autónomas. Asturias, por ejemplo, sólo cuenta con una enfermera para 131.480 alumnos, Castilla-La Mancha con 22 para 335.308 alumnos o Canarias con 10 para 326.105. Sólo Madrid, aunque lejos del ideal, presenta un volumen de enfermeras escolares estimables. 
  • “Además, hemos detectado que en muchos casos los datos no reflejan la figura de la enfermera escolar asignada a un centro de enseñanza, sino que se trata de refuerzos esporádicos contratados por la pandemia, como es el caso de Andalucía en la que hay enfermera referente que solo cubre coordinación COVID para seguimiento y detección de casos”, comenta Guadalupe Fontán, enfermera coordinadora del Instituto de Investigación Enfermera. 

España cuenta con una enfermera por cada 8.497 alumnos. Así lo recogen los datos obtenidos por el Observatorio de Enfermería Escolar del Consejo General de Enfermería (CGE), con la colaboración de la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (AMECE), Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (ACEESE), representantes de distintas universidades, del Colegio de Enfermería de Cantabria y el Instituto de Investigación Enfermera del CGE. “Los resultados son muy preocupantes”, resalta Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería. “La diferencia entre que un colegio cuente o no con una enfermera escolar puede llegar a ser la vida o la muerte. Las enfermeras que trabajan en los centros educativos están preparadas para actuar ante una emergencia o accidente. “Resulta paradójico que en España sea obligatorio contar con una enfermera del trabajo en empresas con un número mayor de 500 trabajadores, mientras que, en centros escolares con varios cientos, e incluso miles de alumnos no es obligatorio contar con enfermera escolar”, añade Pérez Raya.

Una figura anecdótica

Los datos recogidos muestran que la figura de la enfermera escolar es anecdótica y claramente insuficiente en muchas comunidades autónomas. Asturias, por ejemplo, sólo cuenta con una enfermera para 131.480 alumnos, Castilla-La Mancha con 22 para 335.308 alumnos o Canarias con 10 para 326.105. “Lo que hemos detectado es que en muchos casos, los datos no reflejan la figura de la enfermera escolar asignada a un centro de enseñanza, sino que se trata de refuerzos esporádicos contratados por la pandemia, como es el caso de Andalucía en la que hay enfermera referente que solo cubre coordinación COVID para seguimiento y detección de casos , o de enfermeras/os que acuden desde el centro de salud con programas de salud coordinados con el centro educativo, como es el caso de Cataluña, o como Murcia que sólo tiene 16 enfermeras escolares y el resto son enfermeras comunitarias escolares del programa PACES, por lo tanto con estas figuras no se cubren las necesidades que tiene la comunidad escolar”, resalta Guadalupe Fontán, enfermera coordinadora del Instituto de Investigación Enfermera.

La recogida de datos ha sido muy complicada, ya que no hay registros oficiales. Ha sido un trabajo en equipo en el que se ha contado con la colaboración de representantes de las sociedades científicas y otros agentes implicados en las diferentes comunidades autónomas, consiguiendo así reunir la información de los centros de educación primaria y secundaria públicos, privados, concertados y de educación especial.

Las contrataciones, condiciones laborales y dependencia funcional también son muy variadas siendo en la mayoría dependientes de las consejerías de Educación, en algunos casos de los Servicios Autonómicos de Salud, de los Ayuntamientos o de empresas privadas. “En muchas ocasiones los contratos no son a jornadas totales sino contrataciones por tiempo parcial. Por eso, queremos ampliar el estudio y vamos a llevar a cabo un proyecto de investigación más ambicioso que detecte las necesidades desde el punto de vista de los padres, profesores y de la situación real de las enfermeras escolares”, comenta Fontán.

Durante estos meses, desde la Organización Colegial de Enfermería se han enviado cartas a las consejerías de Sanidad de las diferentes comunidades autónomas para pedir una regulación al respecto. Además, se han llevado a cabo dos posicionamientos junto a sociedades científicas y asociaciones de pacientes que fueron entregados a los ministerios de Sanidad y de Educación para que impulsen un procedimiento común. “La situación actual evidencia la necesidad de crear e implantar la figura de enfermera escolar en todos los centros educativos de España y una Ley de Enfermería Escolar que garantice la estabilidad de los profesionales, la necesidad de adquisición de competencias específicas y la creación de una bolsa de trabajo única para las enfermeras escolares, siendo clave el desarrollo de los diplomas de acreditación en enfermería escolar por parte del Ministerio de Sanidad”, afirma Ayuso.

Diferencias con EE.UU. y los países nórdicos

La situación de la enfermería escolar en España es alarmante. “Nuestra ratio de enfermeras escolares está muy lejos de lo que marca la Asociación Norteamericana de Enfermería Escolar (National Association of School Nurses -NASN) que a su vez sigue las recomendaciones de la Asociación Internacional de Enfermería Escolar: una enfermera por cada 750 alumnos y una por cada 350 en aquellas escuelas de educación especial. En Finlandia, la ratio es aún más baja y se sitúa en 600 alumnos por enfermera y en escuelas de educación especial bajan a 300. Pero no sólo eso, en la mayoría de los países anglosajones y escandinavos que tienen esta figura incorporada en el sistema, está totalmente aceptada y los padres cuando van a buscar colegio para sus hijos tienen en cuenta si existe este servicio e incluso quieren conocer a la enfermera escolar del centro. En cambio, aquí en España, aunque se está incrementando la demanda de la presencia de esta figura en los centros escolares, no se las valora ni reconoce socialmente debido a que su trabajo en la salud escolar sigue siendo desconocido”, expone Engracia Soler, presidenta de la Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (ACEESE).

“El objetivo es que haya una enfermera en cada colegio de España. Estamos hablando de centros educativos grandes donde tanto alumnado como profesorado pasan muchas horas y en los que puede ocurrir un accidente o donde simplemente hay niños con enfermedades raras, crónicas y discapacitantes a los que debemos atender sus necesidades. Las enfermeras, además de tener una importante labor asistencial por la que se nos contrata, hacemos educación para la salud, y eso favorece a que en un futuro tengamos adultos más formados en salud y autocuidado. En resumen, estas profesionales suponen un valor añadido, eficaz y eficiente”, resalta Natividad López, presidenta de la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (AMECE).

“Desde la Federación Española de Diabetes (FEDE) llevamos años denunciando la vulnerabilidad de los niños con patologías crónicas en edad escolar, quienes acuden a los centros educativos sin profesionales sociosanitarios que puedan atenderles, bien de manera puntual por un problema de salud concreto, bien de manera continuada, por padecer patologías crónicas como la diabetes. A día de hoy, la figura profesional que debería asumir este papel es la enfermera escolar, un profesional altamente ya instaurado en la mayoría de los países de nuestro entorno pero que, en España, aún no tiene una representación significativa en ninguna CC AA. Sin su presencia, cerca de 9.000.000 de escolares acuden a los centros educativos cada día sin contar con profesionales que puedan asistirles en el caso de tener algún percance de salud, ya sea agudo o crónico. Su papel, además sería clave para educador en salud, contribuyendo a reducir el aumento de otras patologías como puede ser la obesidad”, expone Juan Francisco Perán, presidente de FEDE.

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El CGE y AECPAL consideran imprescindible una formación homogénea, a nivel nacional, en cuidados paliativos para mejorar la atención al final de la vida

El CGE y AECPAL consideran imprescindible una formación homogénea, a nivel nacional, en cuidados paliativos para mejorar la atención al final de la vida

 

  • En España más de 80.000 personas susceptibles de recibir atención paliativa no la reciben. “Una de las razones estructurales para este déficit asistencial es la falta de reconocimiento de un diploma de acreditación o área de capacitación especifica (ACE) que dote a los cuidados paliativos de una formación homogénea en todo el Estado, que dé respuesta a las necesidades tanto de los pacientes como de sus familias al final de la vida”, destaca Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería. 
  • “El acceso desigual e irregular a la formación en cuidados paliativos en la formación de Grado ha generado que se intensifiquen las diferentes vías de formación en postgrado como única vía de adquirir capacitación específica, pero que genera desigualdad en la formación que reciben, por eso insistimos en la necesidad de que se cree la especialidad de enfermería en cuidados paliativos”, cuenta la presidenta de la Asociación Española de Enfermería en Cuidados Paliativos (AECPAL), Marisa de la Rica. 

En España más de 80.000 personas susceptibles de recibir atención paliativa no la reciben. Según la Estrategia de Cuidados Paliativos Pediátricos, en un año alrededor de 1.200 niños mueren por enfermedades que limitan la vida, unos 13.000 padecen una enfermedad de estas características y alrededor de 6.000 de ellos necesitan respuesta a las necesidades de la edad pediátrica al final de la vida.

Como explica Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, “una de las razones estructurales para este déficit asistencial es la falta de reconocimiento de un diploma de acreditación o un área de conocimiento específica que dote a los cuidados paliativos de una formación homogénea en todo el Estado, que dé respuesta a las necesidades tanto de los pacientes como de sus familias al final de la vida”. Por ello, el Consejo General de Enfermería pide que la enfermería de cuidados paliativos cuente con un diploma de acreditación. Por su parte, la Asociación Española de Enfermería en Cuidados Paliativos (AECPAL) solicita que sea una especialidad, al considerar que el diploma de acreditación es insuficiente.

Para Marisa de la Rica, presidenta de AECPAL, “el curriculum de competencias enfermeras en paliativos debería formar parte de los correspondientes sistemas de acreditación de profesionales y que se reconozca como una nueva especialidad de enfermería, como vía hacia la excelencia de la práctica profesional enfermera. No podemos olvidar que todavía no existe una regulación académica formal de conocimientos específica debido a la juventud de esta disciplina de cuidados. En este caso, se da la premisa de que la regulación académica no va pareja a la necesidad social y sanitaria, existiendo un desfase que se suele cubrir con la formación continuada”.

De hecho, “el acceso desigual e irregular a la formación en cuidados paliativos en la formación de Grado ha generado que se intensifiquen las vías de formación en postgrado como los cursos de expertos y másteres, en todo el territorio nacional, como única vía de capacitación específica de aquellos profesionales interesados en la atención paliativa, pero que genera desigualdad en la formación que reciben”, cuenta la presidenta de AECPAL.

Y ello pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define los cuidados paliativos como una pieza central de los servicios sanitarios. “En España, la Estrategia Nacional de Paliativos recomienda la capacitación de las futuras enfermeras en la formación de grado y posgrado para los profesionales que trabajan en este ámbito, pero dicha formación carece de un mapa competencial consensuado”, explica Diego Ayuso, secretario general del CGE. Por ello, “es necesario revisar el rol específico de la enfermera de cuidados paliativos como una enfermera de práctica avanzada, tanto en los cuidados paliativos pediátricos como en la atención a adultos”, subraya Ayuso.

Mapa competencial

Precisamente para aportar ese mapa competencial, desde el Consejo General de Enfermería, junto a Asociación Española de Enfermería en Cuidados Paliativos (AECPAL), han elaborado un documento que reúne el Marco de actuación de las/os enfermeras/os en el ámbito de los Cuidados Paliativos para que sirva de base para ese mapa de competencias acreditadas como práctica avanzada de enfermería. En él se define el marco de actuación que los profesionales en enfermería desarrollan desde su práctica avanzada en el ámbito de la atención paliativa y orientan a los ámbitos de gestión para su implementación y desarrollo profesional.

“El objetivo final es que el paciente reciba en cada momento la mejor atención y se le haga un buen seguimiento, con el propósito de que exista un mejor control de todo su proceso. En este contexto las enfermeras, sin duda, ejercen un liderazgo y un protagonismo en los cuidados de estos pacientes y sus familias. Al fin y al cabo, fortalecer su papel refuerza también a nuestro sistema sanitario, mejorando los cuidados y la calidad de vida de los pacientes en estos duros momentos”, señala Pérez Raya.

La enfermera de cuidados paliativos

La enfermera en el ámbito de los cuidados paliativos participa en el control de síntomas, garantiza los cuidados, asegura el respeto por la autonomía y los derechos de la persona, ofrece acompañamiento, respeta los valores y estilos de vida, atiende la singularidad, persigue el bienestar, la calidad de vida, la continuidad de los cuidados y el trabajo en equipo. Para ello se centra en todas las dimensiones individuales, concretas y específicas del proceso de final de vida, en continuo cambio, evolución y complejidad, además de la atención a la familia durante todo el proceso de enfermedad y hasta después del fallecimiento, durante el proceso de duelo.

La enfermera de cuidados paliativos garantiza y promueve la atención paliativa de manera colaborativa con el resto del equipo multidisciplinar, contribuyendo a la continuidad asistencial, y a la prestación de cuidados adaptados a la persona y familia en situación de enfermedad avanzada y/o final de vida.

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La nueva FP sociosanitaria pone en riesgo la atención sanitaria y los cuidados a las personas mayores

Advertencia de la Mesa de la Profesión Enfermera a las ministras de Educación, Sanidad y Derechos Sociales

“La nueva FP sociosanitaria pone en riesgo la atención sanitaria y los cuidados a las personas mayores”

 

  • La Mesa de la Profesión Enfermera, integrada por el Consejo General de Enfermería y el Sindicato de Enfermería, SATSE, traslada al Gobierno el profundo malestar y rechazo generado entre las enfermeras por la creación de la nueva cualificación profesional de Formación Profesional sobre “Supervisión de la atención sociosanitaria para la promoción de la autonomía personal”. 
  • SATSE y el Consejo General de Enfermería reclaman a las ministras implicadas que no permitan que se desarrolle una nueva cualificación profesional que perjudica gravemente a los profesionales que la Ley habilita para prestar la atención y cuidados que necesitan las personas mayores, al estar plenamente cualificados y capacitados, como son las enfermeras y enfermeros. 
  • La Mesa Enfermera critica el procedimiento administrativo llevado a cabo desde el Ministerio de Educación para la creación de esta cualificación profesional que perjudicará la atención y cuidados que se deben prestar a los mayores en las residencias, teniendo en cuenta que son un colectivo muy especial y vulnerable. 

La Mesa de la Profesión Enfermera, integrada por el Consejo General de Enfermería (CGE) y el Sindicato de Enfermería, SATSE, ha advertido a los Ministerios de Educación, de Sanidad y de Derechos Sociales que la nueva cualificación profesional de Formación Profesional sobre “Supervisión de la atención sociosanitaria para la promoción de la autonomía personal”, vulnera, no solo competencias profesionales propias de las enfermeras y otros profesionales, sino también legislación fundamental y específica del ámbito sociosanitario, por lo que el Gobierno debe dar marcha atrás y no posibilitar su desarrollo si no quiere también poner en riesgo la atención y cuidados que se prestan a los mayores en las residencias de nuestro país.

En sendas cartas a las ministras de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría; Sanidad, Carolina Darias, y Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, la Mesa de la Profesión Enfermera les reitera el profundo malestar y rechazo generado entre las enfermeras y enfermeros por la creación de esta nueva cualificación profesional,  incluida en el anexo XV del Real Decreto 46/2022, de 18 de enero, al entender que perjudicará gravemente sus condiciones profesionales y laborales  en los centros sociosanitarios.

La Mesa de la Profesión Enfermera denuncia que esta nueva cualificación de Formación Profesional se ha creado al margen y sin tomar en consideración a las profesiones sanitarias tituladas que conforman el equipo multidisciplinar de atención sociosanitaria, y que se encuentran reguladas en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), invadiendo especialmente las competencias de los expertos en Cuidados Enfermeros, como son los titulados de Grado universitario en Enfermería y de las especialistas en Enfermería Geriátrica. Unas titulaciones que habilitan legalmente a estos profesionales para atender la demanda de cuidados sociosanitarios, supervisándolos y gestionándolos en los centros de atención sociosanitaria, apunta.

En este sentido, la Mesa de la Profesión Enfermera destaca que la atención y cuidados por el deterioro físico y cognitivo que ocurre en situaciones de envejecimiento, dependencia y enfermedades crónicas  debe realizarse por Graduados en Enfermería de cuidados generales o, en los casos de gran complejidad, por enfermeras especialistas en Enfermería Geriátrica, ya que, en todo caso, son los profesionales más adecuados para sustituir esa falta de capacidad y también para supervisar la ejecución del cuidado básico y avanzado, ejerciendo una función de garante de la seguridad, de la calidad y de la continuidad de los cuidados del residente/paciente.

Unas competencias enfermeras que están reconocidas por la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, la Orden CIN/2134/2008, de 3 de julio, por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de Enfermero y la Orden SAS/3225/2009, de 13 de noviembre, que es la que aprueba y publica el programa formativo de la especialidad en Enfermería Geriátrica.

Por ello, llama poderosamente la atención que, a pesar de este reconocimiento de la especialidad Enfermera de Geriatría, que fue creada para cubrir una necesidad lo suficientemente importante, específica y, sobre todo, dotada de presupuesto público para formar residentes a nivel nacional, se pretenda con esta nueva cualificación puentear y dejar sin gran parte de su contenido a esta especialidad, así como al resto de enfermeras generalistas que actualmente desarrollan una labor imprescindible en el ámbito sociosanitario.

Asimismo, la Mesa de la Profesión Enfermera recuerda a las tres ministras algunas de las competencias relacionadas con la gestión para las que presuntamente capacita esta cualificación  de Formación Profesional, como son el  liderazgo de equipos;  gestión de recursos humanos y materiales; detección de necesidades; tratamiento de la información sanitaria y gestión de conflictos; coordinación sanitaria/gestión de casos con los distintos niveles asistenciales (primaria, especializada, extrahospitalaria), y garantizar la continuidad y calidad mediante supervisión directa de cuidados que tienen que ver con distintas profesiones sanitarias tituladas (Medicina, Enfermería, Fisioterapia, Terapia Ocupacional, Psicología…) sin tener la capacidad de ejecución directa sobre el paciente para ello, control de jornada y planificación de la misma, etc.

Unas competencias gestoras, según la Mesa, que conllevan la vulneración de claras competencias sanitarias asistenciales que tienen que ver con los cuidados básicos y con otros tan específicos y complejos como es la ventilación mecánica, administración de medicamentos, manejo de botiquines, manejo de situaciones en emergencia, etc.

Por último, la Mesa de la Profesión Enfermera critica el procedimiento administrativo llevado a cabo desde el Ministerio de Educación para la creación de esta cualificación profesional al haberse “enmascarado” junto a otras cualificaciones de muy diversas familias (al igual que se hizo en el trámite de consulta pública del RD el pasado mes de julio) y encuadrarse sorprendentemente en la familia de “Servicios socioculturales y a la Comunidad” cuando tiene un marcado carácter asistencial y de coordinación sanitaria.

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Las enfermeras españolas demandan poder investigar sin sacrificar su vida familiar y su tiempo libre

Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

 

Las enfermeras españolas demandan poder investigar sin sacrificar su vida familiar y su tiempo libre

 

  • La producción científica enfermera se ha multiplicado en los últimos años a costa del sacrificio personal de las enfermeras, privadas de horas para investigar en cuidados y contribuir así al avance de las ciencias de la salud.
  • Independientemente de la situación de pandemia actual y de las acuciantes necesidades asistenciales, el sistema sanitario niega a las enfermeras, horas dedicadas a la investigación dentro de sus jornadas laborales. 
  • El Consejo General de Enfermería y su Instituto de Investigación Enfermera piden a las autoridades sanitarias que sean sensibles ante este problema, pues las enfermeras -mayoritariamente mujeres- ya luchan contra el reto de conciliar la vida profesional y la personal y muchas de ellas acaban abandonando su vocación científica ante la falta de oportunidades y ayudas en los hospitales y otros centros sanitarios.
  • Para potenciar la investigación desde la Organización Colegial de Enfermería, el Consejo General ha destinado a este capítulo en los dos últimos años cerca de cuatro millones de euros en ayudas.

 La investigación enfermera ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, pero lo ha hecho a fuerza de un sacrificio personal de las profesionales, privadas de horas para investigar dentro de su jornada laboral o en ocasiones sin respaldo de los centros sanitarios y la administración. En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, el Consejo General de Enfermería y su Instituto de Investigación quieren hacer un llamamiento para erradicar los obstáculos que impiden a las enfermeras -mujeres en su mayoría- desarrollar una labor de investigación que se traduce a corto, medio y largo plazo en una mejora de los cuidados y la atención sanitaria que recibe la población.

El hecho de que no se conceda tiempo dedicado a la labor de investigación en horario laboral implica que las enfermeras tengan que sacrificar su tiempo libre y la atención a la familia u otras facetas de la vida personal si desean llevar a cabo investigaciones que puedan publicarse en revistas científicas de impacto para contribuir así al avance de las ciencias de la salud.

“Muchas enfermeras pueden realizar extraordinarias contribuciones a la mejora de los cuidados, pero la ciencia exige evidencia y la búsqueda de esa evidencia, tiempo. Un tiempo del que no disponen esas enfermeras si no es a costa de su vida personal y familiar, de buscar en ocasiones financiación por su cuenta y de un esfuerzo ímprobo. Se trata de un agravio más del sistema sanitario hacia las enfermeras como enfermeras y como mujeres”, asegura Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería.

Por su parte, Guadalupe Fontán, enfermera del Instituto de Investigación del Consejo General de Enfermería, explica que “nuestro Instituto está al servicio de todas las enfermeras y enfermeros que deseen explorar el camino de la investigación. Ponemos a disposición de todas ellas un servicio de asesoramiento en esta materia, con herramientas que facilitan, potencian y ayudan a realizar investigaciones propias o conectar con grupos investigadores. Queremos impulsar nuevas estrategias que canalicen ayudas para que las enfermeras puedan llevar a cabo sus investigaciones”.

Ayudas a la investigación

En los últimos años, el Consejo General de Enfermería ha realizado un importante esfuerzo para ayudar a las enfermeras a sacar adelante sus proyectos de investigación en coordinación con los colegios provinciales de Enfermería. En los últimos dos ejercicios se han presupuestado casi cuatro millones de euros en ayudas y hace apenas dos semanas se entregaron los I Premios de Investigación del Consejo General, dotados con 55.000 euros que han ido a manos de seis equipos de enfermeras. “Para promover la investigación enfermera es necesario que haya organismos dedicados al apoyo y ayuda de los investigadores enfermeros. Lo tenemos muy claro y no sólo se trata de apoyar la investigación activa, sino facilitar que las enfermeras puedan acudir a congresos científicos con regularidad para ampliar y compartir conocimientos”, asegura Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.

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CGE y SATSE inician el proceso judicial en el Supremo para frenar la FP sociosanitaria que pone en peligro la seguridad de los mayores en las residencias

Una titulación de Formación Profesional para reemplazar a los sanitarios con profesionales “low cost”

CGE y SATSE inician el proceso judicial en el Supremo para frenar la FP sociosanitaria que pone en peligro la seguridad de los mayores en las residencias

 

  • El Sindicato de Enfermería, SATSE, y el Consejo General de Enfermería (CGE) rechazan categóricamente el Real Decreto que incorpora nuevas titulaciones de Formación Profesional, una de las cuales, el módulo de “Supervisión a la Atención sociosanitaria a la persona usuaria”, puede poner en riesgo la salud de las personas ingresadas en residencias y centros sociosanitarios. 
  • El recurso de ambas organizaciones responde a la preocupación mostrada por numerosas instituciones enfermeras y la enfermería de base que ven cómo esta salida del Gobierno para paliar los problemas de la atención a mayores y dependientes esconde la creación de un ejército de personal “low cost” como alternativa a los profesionales sanitarios cualificados que son las enfermeras/os. 
  • Las enfermeras y enfermeros escasean en residencias de mayores y otros centros sociosanitarios por la falta de previsión de la Administración y, especialmente, por las condiciones precarias e indignas que ofrece el sector sociosanitario a profesionales sanitarios de primer nivel. 

El Consejo General de Enfermería (CGE) y el Sindicato de Enfermería, SATSE, han iniciado hoy el proceso para interponer sendos recursos contencioso-administrativos ante el Tribunal Supremo contra el Real Decreto que regula la nueva titulación de Formación Profesional “Supervisión a la Atención sociosanitaria a la persona usuaria”, ya que entienden que pone en grave riesgo la seguridad y salud de las personas mayores en las residencias de todo el Estado.

Según SATSE y el CGE, esta nueva FP supone una merma en la calidad de la atención que reciben las 400.000 personas que viven en residencias de mayores y otros centros sociosanitarios pues en realidad se trata de una solución de bajo coste a la falta crónica de profesionales sanitarios cualificados, una salida que compromete el futuro de la atención a una población de edad avanzada y aquejada de dolencias crónicas como es la española.

“La impugnación de la norma refleja la incoherencia de que se cree una figura no sanitaria para controlar y tutelar a unos profesionales sanitarios perfectamente cualificados para acometer sus funciones en las residencias. En resumen, se oferta una nueva titulación con capacidad para intervenciones sanitarias como los “cuidados básicos de enfermería” cuando ya existen profesionales sanitarios con un grado universitario que proporcionan esos cuidados que son las enfermeras y enfermeros”, señalan.

El Consejo General de Enfermería y SATSE creen que no es necesario que se incorporen nuevas titulaciones sino que se refuercen las plantillas del ámbito sociosanitario y se cuente con los profesionales ya existentes. La falta de enfermeras en las residencias se explica por el déficit crónico de profesionales en nuestro país, un número de enfermeras y enfermeros “a años luz” de países de nuestro nivel socioeconómico, pero también por las precarias e indignas condiciones laborales y salariales que se ofrecen en el ámbito sociosanitario y que desincentivan la contratación de enfermeras.

Las dos organizaciones confian en que los tribunales no permitan el desarrollo de esta cualificación profesional que tanto perjudica a los más vulnerables, los mayores, en los centros sociosanitarios desde un principio, y reclaman al Gobierno de Pedro Sánchez que reflexione y que, frente a soluciones improvisadas que solo generan desconcierto y desazon asistencial y profesional, así como a la renuncia de la calidad de la atención, apueste por las enfermeras como referentes en cuidados y por potenciar la figura de la enfermera especialista en Geriatría y Gerontología como coordinadora de esos cuidados en los centros sociosanitarios.

“No tiene ningún sentido crear nuevas titulaciones y categorías. Eso no va a suponer ninguna mejora en la atención a las personas mayores, sino que se busca simplemente ahorrar costes a la vez que cronifica las condiciones laborales precarias en un sector clave para atender las necesidades de la población más vulnerable”, subrayan.

Por último, SATSE y el CGE entienden que el Gobierno busca también satisfacer los deseos de la patronal que gestiona el 75 por ciento de las residencias de mayores en nuestro país, dado que el perfil profesional que ahora se pretende establecer para realizar cuidados básicos de Enfermería les va a resultar mucho más barato a los empresarios del sector y, con ello, un aumento de sus beneficios empresariales.

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