Felices Fiestas 2020
11.078 nuevos contagios y 195 fallecidos. Estas cifras, presentadas ayer por el Ministerio de Sanidad, reflejan un aumento de la incidencia en España a 201 casos por cada 100.000 habitantes. Unos datos muy preocupantes que llegan tras la reapertura de la hostelería y flexibilización de numerosas medidas en numerosas comunidades autónomas. De hecho, son varias las que han experimentado un repunte en su incidencia de más de 10 puntos como Baleares, Extremadura, la Comunidad Valenciana y Madrid.
A una semana exacta de que comiencen las celebraciones navideñas, el Consejo General de Enfermería (CGE) alerta de este aumento de casos y pide encarecidamente a la población prudencia y responsabilidad. “Ante todo, debemos tener claro que no estamos ante una Navidad normal y que bajar la guardia va a tener un coste en sufrimiento y en vidas. Es mejor cuidarnos ahora y poder celebrar más navidades en el futuro. Creo que se ha cometido el error de trasladar a los ciudadanos que se podía ‘salvar la Navidad’, llevando a cabo medidas previas, pero hemos olvidado que el virus es impredecible y que no le hemos vencido, aunque haya bajado el número de contagios”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.
Desde la institución enfermera manifiestan su preocupación e instan a las autoridades a tomar todas las medidas oportunas para frenar una tercera ola de contagios, que sería la puntilla para un sistema sanitario ya herido de gravedad. “El anuncio de las normas durante el periodo de vacaciones ha hecho que la gente se relaje, actúe pensando en retomar la antigua normalidad y baje la guardia, pero ya estamos viendo que esto tiene consecuencias”, subraya Pérez Raya.
En este sentido, además de pedir a los gobiernos que actúen con contundencia, las enfermeras también apelan a la responsabilidad de los ciudadanos. “No podemos celebrar las fiestas como otros años y si no actuamos, multiplicamos el riesgo y ponemos en peligro nuestra vida y la de los nuestros”, destaca.
Sólo entre convivientes
El presidente de las enfermeras apuesta porque la población sea consciente de lo que está ocurriendo. “Consideramos que es necesario que las celebraciones en lugares cerrados sean sólo entre convivientes y, en caso contrario, que sea el menor número posible de personas no convivientes, manteniendo al máximo las medidas de seguridad. Mascarilla, salvo en el momento de comer y beber, distancia física de al menos 1’5 metros e higiene de manos son los tres puntos clave para frenar el contagio”, además de ventilar adecuadamente, comenta.
Pérez Raya también contempla la necesidad psicológica de muchas personas, que necesitan en estas fechas juntarse con sus familiares y que la distancia puede llegar a afectarles de alguna manera la salud mental. “Si las autoridades no lo impiden, hay que recordar que cuanto menor sea el número de personas y el tiempo que empleemos en la celebración, más seguridad. De esta manera, hay que recordar que podemos reinventar la forma de vernos y en vez de pasar varias horas en una casa cerrada entre aperitivos, comida y sobremesa, podemos quedar en grupos reducidos a tomar algo un rato, preferentemente al aire libre con las mascarillas puestas mientras no bebamos o comamos, con distancia y sin bajar la guardia ni un minuto”, concluye.
En este sentido, desde la Organización Colegial se envió hace unos días una infografía y vídeo animado con todas las pautas que se deben seguir a la hora de festejar las navidades para evitar al máximo los contagios y prevenir la tan temida tercera ola.
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La especialidad de Enfermería en Cuidados Médico-Quirúrgicos lleva 15 años sin desarrollo, dejando en un limbo la formación de miles profesionales que necesitan unas competencias específicas para llevar a cabo su trabajo diario. Tras década y media sin que el Ministerio de Sanidad siente las bases para que prospere la especialidad, las enfermeras consideran que es momento de dar un paso al frente en este ámbito y que se estudien nuevas vías para el desarrollo de las especialidades de enfermería en diversas áreas.
En este sentido, el Consejo General de Enfermería se ha reunido con la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias (SEEIUC), la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) y la Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias (SEEUE) para buscar vías de colaboración e instar al Ministerio a solucionar un debate que lleva atascado tres lustros.
“La especialidad de Cuidados Médicos-Quirúrgicos está bloqueada y tenemos que buscar las vías para promover especialidades que recojan ámbitos de actuación con competencias enfermeras complejas y que den solución a las necesidades reales de los pacientes y del sistema sanitario”, afirma Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería.
Entre estas nuevas especialidades, desde las sociedades reunidas consideran fundamental trabajar en una de Cuidados Críticos y otra de Urgencias y Emergencias. “Tenemos suficiente cuerpo doctrinal como para solicitar una especialidad propia. Creemos que el trabajo que se realiza, tanto en las unidades de cuidados intensivos como en las de urgencias hospitalarias y emergencias extrahospitalarias, necesita de una serie de competencias especiales, conocimientos, técnicas y habilidades que no se adquieren durante la carrera”, subraya Esther Gorjón, vocal nacional de Enfermería de SEMES.
Habilidades
En esta misma línea opina Marta Raurell, presidente de la SEEIUC, que expone que “con la formación de Grado uno sale siendo enfermero generalista y no para atender a un paciente crítico, que requiere de unas habilidades y unos conocimientos muy específicos que no se adquieren en meses, sino en años”.
Tras la reunión, en la que se realizó un primer contacto, todos están de acuerdo que la pandemia no ha hecho más necesaria esta especialidad, sino que lo ha visibilizado. “Llevamos 20 años pidiendo esta especialidad en Urgencias y Emergencias. La pandemia de COVID-19 no la hace más imprescindible, pero sí hemos conseguido que sea más visible su necesidad”, concreta Gorjón.
Para ella, estas especialidades deben basarse, por un lado, en la seguridad del paciente y, por otro, en la calidad asistencial. “No podemos dejar en manos de profesionales sin experiencia o sin los conocimientos y capacitación adecuada el cuidado de pacientes tan especiales como los críticos o los de urgencias y emergencias. Un profesional que tiene experiencia, conocimiento y habilidades en determinados campos cuando trabaja lo hace de una manera más segura y va a dar muchísima más calidad al paciente en la asistencia que alguien que no conozca el campo en el que está trabajando”, subraya.
Raurell destaca que hay que trabajar en estas especialidades y en cuanto a la de cuidados críticos apunta que “el programa formativo existe porque la mayoría de las enfermeras que trabajan en estas unidades hacen formación posgraduada de uno o dos años para adquirir estos conocimientos”. “Es una formación que se costean ellas porque no nos vemos capaces de atender de forma segura y con calidad a estos pacientes. No descubrimos nada nuevo, lo que demandamos es que se reconozca esta formación que llevamos años haciendo porque no es suficiente el Grado para tratar a estos pacientes”, asevera la presidenta de la SEEIUC.
Ahora, desde el Consejo General de Enfermería instan al Ministerio a que se programe una reunión para abordar este tema. “Sabemos que están centrando todos sus esfuerzos en el control de la enfermedad, pero la profesión y el sistema sanitario necesitan que se desbloquee este tema y dar una respuesta eficaz para la formación de estos profesionales, cuya necesidad se ha hecho más latente que nunca durante la crisis sanitaria que estamos viviendo”, concluye Diego Ayuso
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Autor: Dr. José Luis Gómez Urquiza
Fecha de elaboración: 19/10/2020
La prueba diagnóstica PCR, cuyo nombre proviene de las siglas “Reacción en Cadena de la Polimerasa” en inglés, amplifica el material genético de los microorganismos detectados. Se trata de una prueba con alta especificidad para la detección de microorganismos. Por lo tanto, además de la detección del coronavirus SARS-CoV-2, puede detectar otros microorganismos.
En el caso del coronavirus, el material se obtiene mediante el frotis nasofaríngeo y/o orofaríngeo.
A pesar de la fiabilidad de la prueba diagnóstica, la buena realización del procedimiento para la recogida de la muestra de frotis también es un punto clave. A continuación, se indica el procedimiento correcto para la toma de muestras para una prueba PCR.
PROCEDIMIENTO DE REALIZACIÓN DE UNA PCR
El personal encargado de la toma de la muestra deberá llevar el siguiente material de protección: bata, mascarilla FFP2, guantes y protección ocular.
El procedimiento y material varía en función de la zona de donde se obtenga el frotis y según el Ministerio de Sanidad la muestra se tomaría como se indica a continuación.
En el caso del frotis nasofaríngeo se usará el hisopo flexible y fino (de dacrón o poliéster) del kit para la toma de muestras del coronavirus SARS-CoV-2. Los pasos se describen a continuación:
Si la muestra es de frotis orofaríngeo, se utilizará el hisopo grueso y rígido sin mango de madera del kit para la toma de muestras:
En el caso de que se tomen ambas muestras en una misma persona (nasofaríngea y orofaríngea), ambos hisopos podrán introducirse en el mismo tubo, que deberá ser conservado en nevera hasta su envío al laboratorio.
Las muestras, si son transportadas a otras instituciones recibirán el tratamiento de potencialmente infecciosas de categoría B y serán enviadas en un triple embalaje (norma UN3373).
En función del kit para la realización de la prueba, algunas de las indicaciones podrían variar.
BIBLIOGRAFÍA
Si el año 2020 está siendo un año atípico marcado por el coronavirus, las fiestas navideñas no van a serlo menos. Esta vez hay que contar con un posible invitado más en la mesa, el COVID-19. “Entendemos a todos aquellos que en estas fechas tan señaladas se reúnen con la familia para celebrar la Navidad, pero recordamos que hay que tener cautela. Un error puede perjudicar la salud de todos, especialmente la de aquellas personas cercanas a nosotros”, resalta Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería. Además, la Organización Colegial de Enfermería ha lanzado un vídeo y una infografía donde explica cómo reunirse y comportarse en las cenas y reuniones familiares estos días. “Lo más importante es no acudir a ninguna celebración ante cualquier síntoma, ya se celebrará en otra ocasión, lo importante es salvaguardar la salud de todos; usar mascarilla todo el tiempo posible, quitándosela sólo lo necesario para comer y beber; reducir el número de personas y el tiempo de la celebración; ventilar bien la estancia y desinfectar e higienizar bien la sala después de las visitas”, explica Pérez Raya.
Cómo actuar
Nada más llegar a cualquier casa o restaurante hay que echarse gel hidroalcohólico desinfectante -importante que siga la regulación UNE 14476- y realizar una correcta higiene y desinfección de las superficies una vez haya finalizado la cena.
En la mesa hay que sentarse teniendo en cuenta la distancia entre no convivientes. Una vez sentados, cada persona debe tener su plato individual y no debe haber comida al centro para evitar compartir platos. Los vasos y copas deben estar identificados. Y, lo ideal, es que una única persona se encargue de poner, retirar y servir la mesa evitando coincidir en espacios pequeños y que se rompan las medidas de seguridad.
La Organización Colegial de Enfermería recuerda que los aerosoles son partículas suspendidas en al aire que pueden ser transportadas por el mismo. Se suelen emitir al hablar, cantar, gritar, estornudar… En espacios cerrados estas partículas se mantienen suspendidas en el aire por lo que hay más probabilidades de que sean inhalados por los que están en la sala. “Por tanto, es importante que la celebración no se alargue mucho tiempo y en caso de que se haga una pequeña sobremesa, no se debe cantar ni hablar en tono alto, no debemos compartir el móvil ni ningún dispositivo, se debe evitar el uso de matasuegras, muy común en Nochevieja, por ejemplo, y, sobre todo, no hay que dar besos ni abrazos con las campanadas”, comenta Pérez Raya.
Regalos
Para alegrar las navidades a los más pequeños de la casa, los que no van a faltar este año a pesar del COVID-19 son los Reyes Magos y Papá Noel. Eso sí, hay que seguir las medidas de seguridad a la hora de recibir los regalos: ponerse gel hidroalcohólico antes y después de abrir los paquetes, hacerlo con la mascarilla puesta y colocar los regalos separados para que cada persona recoja el suyo sin tocar los del resto o asignar a una persona que se encargue del reparto de todos, sobre todo si coinciden en ese momento personas no convivientes habitualmente.
Cumplimiento
Hasta el momento el Ministerio de Sanidad ha presentado varias medidas para la celebración de la Navidad en esta situación de pandemia. Restringir el número de personas en las reuniones o el toque de queda a determinada hora son algunas de las medidas que ha planteado el ejecutivo. “En estas fiestas se produce un importante número de desplazamientos entre territorios, es por ello por lo que se deben modificar ciertos hábitos para garantizar la seguridad y el control de la pandemia. Para todo el mundo, pero especialmente para nuestros compañeros de hospitales, atención primaria y sociosanitario sería un golpe durísimo volver a enfrentarse a una catástrofe semejante. Por este motivo, queremos recordar una y otra vez a la población la necesidad de cumplir las recomendaciones sanitarias para prevenir más rebrotes en 2021 y de que toda la población asuma la responsabilidad individual que le corresponde para prevenirlo”, afirma el presidente de la Organización Colegial de Enfermería.
Campaña de divulgación
Estas recomendaciones se unen a todos los materiales que la Organización Colegial de Enfermería lleva difundiendo, desde que comenzó la pandemia, para ayudar a la población. Cómo detectar el cáncer de mama en tiempos de COVID-19, cómo se mueve el coronavirus en el aire o aprender a diferenciar las distintas pruebas para detectar la enfermedad, son algunas de ellas. Todos estos materiales se pueden encontrar en el apartado COVID-19 de la web del Consejo General de Enfermería.
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Por la presente, informamos que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha aprobado en su sesión celebrada en el día de ayer (1 de diciembre), la oferta de empleo público (OPE) 2020 del Servicio Andaluz de Salud (SAS), que supondrá convocar un total de 4.374 plazas y continuar el proceso de consolidación del empleo estable en la sanidad pública andaluza. En concreto, 3.510 puestos serán para el turno de acceso libre y 864 para promoción interna.
Entre las plazas previstas en la nueva OPE, se encuentran 1.041 de enfermería -además de 55 matronas, 26 enfermeras especialistas de Salud Mental y 4 de especialistas del Trabajo-, 963 de auxiliar de enfermería, 324 de celador y 133 de celador-conductor, 309 plazas de facultativos especialistas de área, 308 de administrativos, 248 de médicos de Atención Primaria, 199 de auxiliar administrativo, 73 pediatras de Atención Primaria, 34 para médicos de familia en unidades de Urgencia hospitalaria y 22 de fisioterapeuta.
La OPE de 2020 supone 838 plazas más que la de 2019 y responde a la tasa de reposición máxima que permiten los Presupuestos Generales del Estado en vigor. Además, se ha aplicado el 5% adicional permitido al sistema sanitario como sector prioritario.
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Las mascarillas son tan habituales en nuestro día a día que, para muchos, han pasado a ser un complemento más. Es muy frecuente encontrar por la calle personas luciendo mascarillas estampadas, de distintos colores y, cada vez más, transparentes. Distintos famosos e influencers han sido pioneros en aparecer públicamente con estos cobertores faciales que permiten descubrir ese lado de la cara que llevamos ocultando desde que la palabra COVID-19 empezó a formar parte de nuestras vidas.
Las enfermeras advierten: la gran mayoría de estos modelos de mascarillas ni protegen ni filtran contra el coronavirus. “Estas mascarillas no están certificadas ni homologadas en España y no se recomienda su uso. A no ser que sea estrictamente necesario por motivos por los que las personas necesiten mostrar su expresividad y poder leer los labios”, introduce Guadalupe Fontán, enfermera del Consejo General de Enfermería (CGE).
Para saber si la mascarilla es adecuada para combatir el virus, lo primero que debemos tener en cuenta es si cubre nariz, boca y mentón. Además, también es importante fijarse en la homologación: deben cumplir la especificación UNE 0065 o la normativa europea CWA 17553. En este punto hay que tener cuidado, ya que tiene que estar homologada específicamente como protector frente al COVID-19. “En España se hizo una normativa únicamente para las higiénicas reutilizables de tela, por lo que los modelos fabricados con policarbonato o PVC no pueden certificarse. Hay algunas que tienen una certificación europea, esa certificación las acredita como Equipo de Protección Individual (EPI) pero no como un protector respiratorio”, puntualiza Fontán. La función de estos originales complementos es similar al de una pantalla protectora: no filtran y tampoco impiden la propagación de los aerosoles por los que se disemina el SARS CoV-2 por el aire.
Reclaman su homologación
La polémica no se restringe a una cuestión estética. Hay muchos colectivos, con discapacidades auditivas o del habla, que reclaman su homologación para derrumbar la barrera comunicativa que presenta el hecho de no poder ver la boca de la persona con la que estás hablando. Para estos casos ya se ha certificado un modelo de tela transparente que cumple con todos los estándares de respirabilidad y filtración exigidos para proteger y protegernos frente al COVID-19. “Recientemente hay una empresa nacional que sí que ha hecho unas mascarillas casi transparentes que permiten la expresividad facial y sí cumplirían toda la normativa en cuanto respirabilidad y filtración”, concreta Guadalupe Fontán.
“No debemos olvidar que la mascarilla es útil para no propagar el virus. Su función no es ser un complemento de moda y tampoco sirven para evitar multas. Son una barrera de contención de la incidencia de la pandemia”, puntualiza Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
En conclusión, lo más importante es tener en cuenta que el producto que estamos adquiriendo no es un complemento de moda y que no sirve únicamente para evitar multas. No debemos olvidar el fin que hace que su uso sea obligatorio: protegernos y proteger a los demás de infectarse del COVID-19.
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Un grupo de 40 profesionales enfermeras y enfermeros expertas en el ámbito de la Urología y la Rehabilitación han participado en la elaboración del documento “Recomendaciones de Enfermería para el cuidado al paciente urológico durante la pandemia por SARS-CoV-2”. Una guía de fácil y rápido acceso que se complementa con una serie de infografías y que aglutina recomendaciones prácticas en el manejo del paciente urológico a partir del conocimiento enfermero, experiencias, estrategias y medidas que mejor han funcionado durante los primeros meses de pandemia.
Con ella, se busca mejorar la gestión y planificación de los cuidados al paciente con patología urológica, tanto aguda como crónica, y así minimizar el riesgo de infección por COVID-19 y contribuir al control de la pandemia en nuestro país.
El equipo que ha elaborado esta guía y que conforma el Grupo CAB, Coloplast Advisory Board, ha estado coordinado por la enfermera Matilde Castillo Hermoso, del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Un trabajo que cuenta con el aval del Consejo General de Enfermería, la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), la Asociación Española de Enfermería Especializada en Lesión Medular Espinal (ASELME) y la Asociación Española de Enfermería en Urología y que ha sido posible gracias a la colaboración de Coloplast. La guía, con un hilo transversal común, el manejo del paciente urológico, va dirigida no sólo a las enfermeras que trabajan en consultas especializadas sino también a las de Atención Primaria y en general a todo el colectivo enfermero.
Como explica el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, “estamos muy satisfechos con el contenido de este documento pues, partiendo de la evidencia científica, permite aprender de lo vivido en los primeros meses de pandemia. Gracias a la implementación de las estrategias que se detallan en esta guía, las que mejores resultados han dado durante la primera ola, no sólo contribuiremos a la seguridad de nuestros pacientes y profesionales, esencial en la lucha contra la pandemia, sino también a mejorar la calidad de vida del paciente urológico. No olvidemos que las personas afectadas por este tipo de patologías sufren una merma muy importante de su calidad de vida, con un claro impacto en su autoestima, vida social, familiar y laboral. El hecho de suspender las consultas de seguimiento durante la primera ola ha llevado a muchos de ellos a tener que lidiar con su problema sin el asesoramiento y el cuidado de su enfermera experta, agravándose así su situación”.
La guía está ya disponible para su descarga gratuita tanto en la web del Consejo General de Enfermería como de su Instituto Español de Investigación Enfermera, webs de las sociedades que la avalan y de Coloplast.
El paciente urológico en pandemia
En los primeros meses de pandemia los pacientes urológicos sufrieron especialmente las consecuencias de la crisis sanitaria. Y es que, como señala Matilde Castillo, “la actividad enfermera en unidades de Urología y consultas de enfermería especializadas ha ido modificando sus contenidos asistenciales en función de la evolución de esta nueva realidad. El sistema sanitario se ha reconfigurado para afrontar la gestión de la pandemia con los recursos disponibles e imprescindibles y muchas enfermeras especializadas en el ámbito urológico han llevado a cabo su práctica en espacios muy diferentes, básicamente dedicando su actividad profesional al cuidado directo del paciente afectado por COVID-19 o rediseñando nuevos escenarios de cuidado para el paciente urológico”.
Así, los pacientes agudos, continúa Matilde Castillo, “se vieron afectados por los problemas para acudir a los centros sanitarios”. Ante esta situación, subraya, “se establecieron una serie de niveles de priorización” con el objetivo de atenderles en función de su gravedad.
De otro lado, en los pacientes crónicos se vio afectado tanto el seguimiento como la realización de intervenciones quirúrgicas programadas no urgentes, que se vieron suspendidas, una situación ante la cual, explica, “se potenciaron las consultas telemáticas, especialmente las telefónicas”. No obstante, las consultas presenciales de enfermería son necesarias en muchos casos e insustituibles por una atención telemática, por ejemplo, cuando es necesaria una formación y aprendizaje en técnicas como la cateterización intermitente. Según Matilde Castillo, “seguramente, en un futuro, veamos complicaciones derivadas de esta reestructuración de la asistencia sanitaria” que tuvo lugar en los primeros meses de pandemia.
En este contexto, asegura cómo tanto los profesionales como los pacientes han mostrado una gran capacidad de adaptación y así, por una parte, “el paciente que ha necesitado cuidados ha sabido cuándo su demanda era urgente y cuándo podía esperar” mientras los profesionales “han sabido también adaptarse a las necesidades de los pacientes”.
Actualmente, se ha retomado la actividad de las consultas, sin embargo, persiste en muchos casos el miedo a acudir a los centros sanitarios por el contagio.
Una guía que parte de la experiencia
Fruto de la experiencia adquirida durante este período que abarca desde el colapso del sistema sanitario, la desescalada y la nueva normalidad hasta la segunda ola, en que actualmente nos encontramos, surge esta guía que recoge la evidencia científica aplicada a este nuevo escenario al que nos enfrentamos. Un documento de consenso de expertos en Urología y Rehabilitación en forma de recomendaciones útiles para todos los profesionales sanitarios en el cuidado del paciente con patología urológica durante la pandemia por SARS-CoV-2.
En él se incluyen recomendaciones generales en gestión y organización en los centros sanitarios, recomendaciones para la enfermería asistencial en el ámbito quirúrgico, unidades de hospitalización, actividad de consultas de enfermería urológica experta (adultos y pediatría) así como recomendaciones concretas para el seguimiento de procesos urológicos crónicos en el contexto actual.
La guía se complementa con una serie de infografías que se distribuirán en formato póster entre las principales consultas de Enfermería Urológica de hospitales de toda España para facilitar su consulta e implementación y conseguir así que se beneficie el mayor número de pacientes posible.
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Durante la pandemia, y especialmente en el confinamiento del primer estado de alarma, los centros de Atención Primaria vieron muy reducida su actividad presencial. A ello se ha sumado el propio miedo de la población a acudir a estos centros cuando han empezado a recuperar su actividad por lo que se considera algo tan banal como una vacuna. De ahí que la vacunación tanto infantil como de adultos se haya visto muy retrasada, con el consecuente descenso en las coberturas vacunales de la población. Abordar las estrategias para recuperar estas vacunaciones perdidas ha sido el objetivo del webinar “Educación para la salud en las vacunas del niño y del adulto. ¿Dónde queda el abordaje de la vacunación en el tiempo de la pandemia?”, organizado por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) del Consejo General de Enfermería (CGE) con la colaboración de Pfizer, como la última de las tres sesiones que ISFOS ha dedicado a las “Estrategias de vacunación en un entorno de pandemia”.
La bienvenida a los más de 1.300 enfermeros que han participado en el webinar ha corrido a cargo de Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, quien ha agradecido a todas las enfermeras asistentes “el compromiso continuo con el paciente, gracias al cual España ha podido actuar en una situación de pandemia mundial como la que estamos viviendo”.
“Con la situación actual que estamos viviendo se hace más importante que nunca apoyar la vacunación. No podemos permitirnos un retroceso en la inmunización de la población frente a enfermedades ya controladas y esto sólo se hace con la vacunación. Es imprescindible retomar estas consultas y concienciar a la población de que es seguro acudir a los centros de salud para que su enfermera les vacune y debemos recordar a las instituciones sanitarias la necesidad de potenciar estas campañas”, ha destacado Pilar Fernández, vicepresidenta del CGE y directora de ISFOS.
Por su parte, José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Nacional Enfermería y Vacunas, ha sido el encargado de comentar la situación de la vacunación infantil, destacando “la importancia de mantener altas coberturas de vacunación para contener las enfermedades que ya tenemos controladas. Sólo así vamos a poder evitar lo que ya ha sucedido en algunos países en desarrollo con brotes de enfermedades que ya estaban bajo control como el sarampión, prevenible con la vacunación”.
A su juicio, “recuperar la vacunación y mejorar las coberturas vacunales pasa por la disponibilidad de cada enfermera. Nos han cargado con mucho trabajo: rastreos, PCR, vacunación antigripal, la nueva vacuna del COVID, pero durante el verano se ha conseguido recuperar bastante las vacunaciones perdidas, especialmente en los menores de 2 años e incluso hasta los 6 años, pero sabemos que nos falta gente por vacunar. Tenemos que hacer un esfuerzo para intentar saber qué vacunaciones se han dejado de realizar y hacer una captación activa por parte de las enfermeras que al fin y al cabo somos quienes tenemos que realizar esta labor”, ha señalado en su intervención.
Responsabilidad de todos
Pero en esta recuperación de las vacunas no sólo es importante el papel de la enfermería. Tal y como ha destacado Sonia López Palacios, directora asistencial del área centro de la Comunidad de Madrid, el trabajo en equipo también resulta fundamental. “En los centros de salud trabajan profesionales de muchas categorías y todo lo que aporte cada uno suma para conseguir el éxito en los programas de vacunación. Una aportación de todos que va en beneficio de la salud de nuestra población y en beneficio de la nuestra propia”, ha destacado.
Pero tal y como ha señalado Begoña Reyero, presidenta de la Asociación Canaria de Enfermeros en Vacunología (ACEVAC), la vacunación no sólo debe ser responsabilidad de Atención Primaria. “Las enfermeras de hospitalización también somos promotoras de salud y hay muchas acciones que podemos desarrollar en pro de las vacunas: desde la valoración al ingreso del calendario vacunal del paciente, ya sea pediátrico o adulto, y lo más importante, en caso de detectar carencias hablar con él sobre la importancia de las vacunas, así como incluir nuestra valoración y nuestra recomendación como enfermeras hospitalarias, para tender puentes también con primaria gracias al informe de continuidad de cuidados”, ha subrayado.
Lo que también hay que pensar es que las vacunas no son sólo cosas de niños, también están la del neumococo, o de la gripe, difteria, tétanos y tos ferina en embarazadas que son fundamentales en el adulto. Para Miguel Ángel Alcántara, enfermero gestor de casos en el C.S. El Porvenir (Sevilla) y vocal de ANENVAC, “la población desconoce que existen estas vacunas para los adultos, más allá de la gripe. Es una labor de enfermería, fundamental, que en nuestras consultas de enfermería u hospitalarias, hablemos de las vacunas. Se debe revisar el calendario vacunal de todas las personas que vienen a consulta y que los enfermeros tomemos conciencia de que tenemos que habar de vacunas y que las personas sean vacunadas. Para ello, es muy importante que los enfermeros de cualquier ámbito nos formemos en vacunas”, ha señalado en su ponencia.
Tampoco se puede olvidar el valor del ejemplo. Si un profesional sanitario se vacuna y lo recomienda a sus pacientes existe hasta un 70% más de posibilidades de que esa persona se vacune. Sin embargo, tal y como ha detallado Olga de Vicente, médico de familia del C.S. La Marazuela (Las Rozas-Madrid), “los últimos registros indican que nos vacunamos muy poco, menos de la mitad de lo que sería recomendable”. Entre las razones, De Vicente destaca sobre todo que “los sanitarios no nos autocuidamos. Hay estudios que indican que no tenemos realmente percepción del riesgo, sobre todo con la gripe. También se alega falta de tiempo, pereza, miedo a efectos secundarios, pero lo principal es que no tenemos conciencia de ser profesionales de riesgo”.
Vacuna contra el COVID-19
Allí donde hay una vacuna hay una enfermera. Por ello, en la próxima campaña de vacunación frente al COVID-19 tendrán un protagonismo fundamental, tal y como se ha planteado durante el extenso turno de preguntas. Para José Antonio Forcada resulta “muy acertado que sea Atención Primaria la que realice todos los programas y la campaña de vacunación frente al coronavirus. Tenemos que ser nosotras una vez más que realicemos esta campaña de vacunación. Estamos preparadas, pero tenemos falta de personal, como siempre en Atención Primaria. Hay que hacer un planteamiento a corto plazo de buscar refuerzos como sea para salir del paso y a largo plazo plantearnos una nueva estructura en cuanto al número de personal que tenemos que tener en Atención Primaria para cubrir realmente las necesidades de la población”.
También han abogado porque si “el centro de salud es grande y se pueden habilitar espacios independientes de vacunación, perfecto, pero si no habrá que buscar otros puntos de vacunación, atendidos por supuesto por enfermeras, donde se pueda realizar esta actividad. Olvidándonos eso sí, de experimentos irresponsables como puede ser la vacunación en las farmacias”, ha subrayado el presidente de ANENVAC.
Gran éxito
Con este webinar concluye el ciclo de tres sesiones que ISFOS ha dedicado a las “Estrategias de vacunación en un entorno de pandemia”. Tal y como ha señalado Pilar Fernández, directora de ISFOS, “en mes y medio hemos celebrado tres webinar sobre diferentes aspectos de la vacunación y han sido un éxito rotundo, lo que demuestra el interés que suscita este tema entre las enfermeras que son líderes en la vacunación. En total casi 4000 personas que han pasado por estos tres webinar. Ha sido un éxito de asistencia, de participación y de preguntas”.
El Consejo General de Enfermería a través de su centro de formación ISFOS pretende facilitar todos aquellos aspectos que requieran en materia de formación e información a todas las enfermeras de nuestro país.
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